5 mitos sobre el dolor articular que deberías dejar de creer

El dolor articular es uno de los motivos más comunes de consulta médica, especialmente en rodillas, caderas y espalda. Sin embargo, todavía existen muchas ideas erróneas sobre su origen y tratamiento.

Como ortopedista, veo a diario cómo estos mitos pueden retrasar un diagnóstico o complicar una recuperación. Hoy quiero aclararte algunos de los más comunes.

1. “El dolor en las articulaciones es normal con la edad”

Falso. El envejecimiento puede aumentar el desgaste articular, pero el dolor no es algo que debas aceptar como parte de envejecer. La mayoría de los casos de artrosis o rigidez pueden tratarse con fisioterapia, ejercicios, control de peso y terapias regenerativas. El movimiento controlado y el tratamiento adecuado pueden devolverte la movilidad sin necesidad de cirugía.

2. “Si duele, hay que aplicar calor” (o frío, según quien lo diga)

Depende. El frío ayuda a reducir la inflamación aguda (por ejemplo, después de una lesión reciente), mientras que el calor es útil para relajar músculos en molestias crónicas. Aplicar lo contrario puede incluso empeorar el dolor. Por eso siempre es mejor consultar antes de hacerlo: el tipo de molestia define la terapia correcta.

3. “El ejercicio desgasta las articulaciones”

Otro gran mito. En realidad, el movimiento adecuado fortalece músculos y protege las articulaciones. Lo que causa daño no es moverse, sino hacerlo sin técnica, sin calentamiento o con sobrepeso. Caminar, nadar o hacer ejercicios de bajo impacto ayudan a mantener el cartílago sano y mejoran la circulación.  El cuerpo está hecho para moverse.

4. “Si me truena la rodilla, seguro tengo artrosis”

No necesariamente. El chasquido o “crack” en las articulaciones, conocido como crepitación, puede deberse al movimiento de aire o líquido dentro de la articulación. Solo se considera un signo de alarma si viene acompañado de dolor, inflamación o rigidez. Si no duele, probablemente sea algo mecánico y no grave.

5. “Solo la cirugía puede quitar el dolor”

En la mayoría de los casos, la cirugía es la última opción, no la primera. Existen muchos tratamientos conservadores: fisioterapia, infiltraciones con plasma rico en plaquetas, medicamentos antiinflamatorios o ejercicios personalizados. Lo más importante es identificar la causa del dolor antes de tratar el síntoma.

Muchos de los mitos sobre el dolor articular nacen del miedo o de la desinformación. Hoy la ortopedia moderna busca conservar, no reemplazar: preservar movimiento, aliviar dolor y mejorar tu calidad de vida con el menor impacto posible. Así que si sientes dolor al moverte o rigidez al despertar, no lo normalices, y acude a un especialista lo antes posible.

El primer paso hacia el alivio no siempre está en una cirugía, sino en un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.

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